
En vacaciones leí un libro, escrito por José Gutiérrez Vivó, llamado El Otro Yo del Mexicano, el cual trata de explicar la realidad por la que atraviesa la república, determinada por factores que influyen en el comportamiento social, los cambios en la moral y la identidad del los paisanos.
Así, analiza el pasado de México, llegando a la conclusión de que somos rehenes de éste, resentidos por las antiguas derrotas, que no han sido analizadas individualmente por la falta de educación, lo que provoca una falta de apoyo al gobierno. Se debe estudiar el pasado, no negarlo para así enfrentar los nuevos problemas.
Por otra parte, plantea la inseguridad que el mexicano siente de sí mismo, de su gobierno, de su historia. 40% de la población abandonaría el país, en vez de luchar por él, ésto se puede notar discriminación por sexo y clase, cuando no se debe de discriminar, pues México necesita de cada uno de nosotros para crecer.
¿Somos religioso para lo que nos conviene? Sabemos que la religión cobra gran importancia en el país. Aún así, Vivó afirma que los valores cristianos y el valor de utilidad no se llevan muy bien, pues existe una doble moral del mexicano entre el vivir aquí y ahora, dejando para el final la trascendencia moral. Concuerdo con él. En México, sin generalizar, se ha dejado a un lado los valores cristianos, para centralizar los apetitos naturales en el hombre.
Por otra parte, habla de la corrupción en el sistema mexicano, calificándolo como un problema duro de erradicar, tomando en cuenta el paternalismo que el estado se otorga. El otro problema central del individuo mexicano es la pereza, que es declarada como La realidad mexicana; se dice que el mexicano no es flojo, más bien improductivo; así hay una falta de productividad y de interés, en contraposición a los resultados que se esperan: un excelente sueldo y mayor reconocimiento.
Para acabar, habla de la sociedad actual, que en parte se declara satisfecha con su entorno familiar, y por otra, disgustada por la interrelación que vive en su entorno. Llega a la conclusión de que el mexicano necesita identificarse con su cultura, educarse y ejercer sus derechos, viviendo en democracia y justicia, en vez de vivir en el pesimismo.
Este libro me pareció maravilloso. Muestra un análisis social muy cierto y duro, pues nos enfrenta a la cotidiana realidad que se vive en una plática, que se ve en un anuncio, en un reportaje, en el momento en que el coche delantero da una mordida al policía...
De nuevo, cada quien tiene su verdad, pero éste libro me parece objetivo y cercano a la realidad; cita a varios autores y distinguidos críticos para armar esta obra, llena de contenido. Lástima que la censura a José Guitérrez Vivó, haya hecho de este libro una simple curiosidad, un ente inexistente en los estantes de una librería… Ahí, es ahí, donde algunos esperamos que las “predicciones” de Vivó, sean ciertas: México está cambiando, en aras del progreso.